
El desarrollo fue adjudicado a un grupo de científicos aliados y miembros de los institutos de investigación sectorial “Oak Ridge National Laboratory” de Tennessee y el “National High Magnetic Field Laboratory” de la Universidad Estatal de Florida.
Todo comenzó poco después que investigadores japoneses visualizaron la creación de un superconductor compuesto por hierro, algo inusual y excéntrico para un componente electrónico, no obstante, al realizar una amalgama con Arsénico y Lantano (un metal anómalo terrestre) descubrieron que podría ser sometido a un rango de 26 K (-413 °F).
Dicha “receta” japonesa fue detenidamente estudiada por los investigadores estadounidenses quienes decidieron continuar con las indagaciones. Con un tanto de asombro descubrieron que tal miscelánea fabricaba un “escudo” ante variaciones físicas como el magnetismo.

Según el Laboratorio Nacional de Alto Campo Magnético (NHMFL) las aplicaciones de este descubrimiento permitirán conducir la electricidad a cualquier parte del mundo sin bajas en su corriente y en el sector de la informática, la fabricación de computadoras más eficientes.
Asimismo otras de sus posibles aplicaciones serían para la generación de motores super-eficientes y una nueva línea de transmisiones automotrices y otros campos de la ciencia. “El campo está completamente abierto. Nadie sabe a dónde irá a parar esto. Si encontramos que esos materiales pueden soportar altas densidades de corrientes, entonces pueden ser tremendamente de gran utilidad”, explicaron los científicos en su declaración.

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